2 de junio de 2020

Declaración de la Fundación Rose

Justicia

Compartimos la oleada nacional de dolor, indignación y luto tras la más reciente oleada de vidas negras segadas por actos violentos arraigados en el racismo, entre ellas la de Ahmaud Arbery, Breonna Taylor, George Floyd y Tony McDade. Y nuestro dolor por los pocos que podemos nombrar se ve acrecentado por nuestro luto por todos aquellos cuyos nombres desconocemos, incluidos los que han muerto en la actual pandemia que se ha cobrado vidas negras de forma desproporcionada. 

Todos los aspectos de nuestras vidas en Estados Unidos se ven afectados por el racismo y la antinegritud, desde la fundación de nuestro país hasta la actuación policial, la economía y el empleo, la salud y la vivienda, y el impacto climático y medioambiental. Los estadounidenses de raza negra tienen tres veces más probabilidades de morir a manos de un agente de policía en comparación con los estadounidenses blancos. Los estadounidenses de raza negra viven en las zonas más contaminadas de nuestras comunidades y se enfrentan a una contaminación por partículas tóxicas una vez y media mayor que la población en general, lo que provoca más asma, enfermedades cardiovasculares y otros problemas de salud en las comunidades negras. En parte debido a estas disparidades sanitarias, Los negros tienen tres veces y media más probabilidades de morir de COVID-19 en comparación con los estadounidenses blancos. Todas estas estadísticas surgen del racismo sistémico establecido desde hace mucho tiempo que amenaza la vida de los estadounidenses de raza negra. 

Debemos reconocer estas verdades y asumirlas, porque es la única forma de superarlas. La Fundación Rose cree y lucha por la justicia racial, la justicia económica y la justicia climática y medioambiental, que están inextricablemente unidas. De hecho, el movimiento por la justicia medioambiental que conocemos hoy en día nació del trabajo de los organizadores negros que se ocupaban de los impactos raciales, sanitarios y medioambientales en sus comunidades. Como parte de este movimiento, sabemos que sólo alcanzaremos un futuro climáticamente seguro y medioambientalmente justo para nuestras comunidades cuando construyamos uno racialmente justo.

Llevamos más de 25 años defendiendo a las comunidades y su poder. Sabemos que nuestras comunidades prosperan cuando la gente participa en las decisiones que les afectan a ellos, a sus familias, a sus vecinos y al mundo que les rodea. Nos comprometemos a seguir apoyando a las comunidades a través de nuestro trabajo, y a aportar recursos y herramientas a los proyectos dirigidos por jóvenes y comunidades que abordan las amenazas sociales, raciales, económicas y medioambientales críticas a las que se enfrentan en California y en todo el país. Insistimos en que la justicia importa, la comunidad importa, las vidas negras importan.

- Jill, Tim y la gente de la Fundación Rose para las Comunidades y el Medio Ambiente

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